Juventud y violencia: conceptos antagónicos (Deia egunkarian)

Asteartea uzt 28, 2009

pizarra (ARATZ CASTROk idatzia)

DURANTE estos días estamos observando las reacciones que los distintos agentes sociales y políticos tienen sobre el Informe extraordinario sobre atención institucional a las víctimas del terrorismo en Euskadi presentado por el Ararteko días atrás. La información que llega a la sociedad a través de los medios de comunicación mayoritariamente se refiere a los datos referidos a la juventud y su aceptación o rechazo a ETA.

 Sin embargo, estas declaraciones y titulares debemos enmarcarlos en una realidad social y política concreta donde se está intentando trasladar a la sociedad de una simulada etapa de tolerancia cero contra ETA aprovechando, aunque sea a costa de la criminalización de la juventud, un informe elaborado por el Ararteko.

Analizando los titulares nos damos cuenta de que los medios de comunicación, influidos por los agentes sociales, solamente se hacen eco de 30 de las más de 700 hojas de las que consta en el informe presentado. Concretamente se centran en los datos referentes al grado de aceptación o rechazo de ETA por parte de la juventud. El titular más destacado ha sido “el 15% de los adolescentes vascos justifica o no rechaza el terrorismo de ETA”. De esta forma, se ha transmitido a la sociedad una imagen distorsionada de falta de compromiso con los derechos humanos por parte de la juventud que nada tiene que ver con la realidad en que vivimos. Que el 15% no rechace la violencia es un dato importante a tener en cuenta y habrá que tomar medidas al respecto pero no debemos olvidarnos que ello supone que el 71% de los adolescentes vascos rechazan claramente la violencia de ETA. En el informe se añade “sirva esta última cifra para contrarrestar algunas opiniones que sostienen que la mayoría de la juventud vasca apoya a ETA”. Afirmación que corroboraría mi opinión. Sin embargo, creo que como sociedad debemos enmarcar el análisis de estos datos respecto a la juventud en el contexto sociopolítico que sobre esta cuestión encontramos en la sociedad vasca en general.

Me preocupa un dato que seguramente por lo que supone no ha trascendido a la opinión pública. Ese dato se refiere a la defensa de los derechos humanos de quienes asesinan por no coincidir ideológicamente. El estudio del Ararteko revela que el 45,4% de los encuestados está nada o poco de acuerdo con “los derechos humanos de los miembros de ETA deben ser respetados en todo momento”. ¿no es esto un dato preocupante? Es fundamental transmitir a la juventud que debe existir tolerancia cero con los asesinos sin importar la razón que les lleve a ello. Pero igual de importante es educar en los valores democráticos y ello supone enseñar a la juventud que la democracia debe garantizar los derechos de todos porque es la única forma de garantizar que la justicia sea justa y condene al culpable.

El análisis desgrana los datos según el sexo, curso, territorio histórico y modelo lingüístico. Incluso realiza dos perfiles distintos de jóvenes adolescentes: el perfil que no rechaza la violencia y el perfil con el mayor grado de rechazo. En el primero encontramos a un joven adolescente de 2º de la ESO -14 años- que vive en Gipuzkoa y cursa sus estudios en el modelo D. En el segundo una joven adolescente de 3º o 4º de ESO -15/16 años- que vive en Bizkaia y cursa sus estudios en modelo A. Realizar esta tipología, a mi modo de ver inadecuada e inoportuna, crea arquetipos erróneos que da alas a quienes de una y otra forma transmiten de forma malintencionada una inexistente correlación entre juventud y violencia. Mayor preocupación debiera suponer que de este informe se desprenda y defienda por algunos colectivos, a raíz de esta tipología, que el modelo D permite un “adoctrinamiento” a favor de la actitud terrorista. Una afirmación injustificada que sin embargo permite a quienes, por alguna razón, se encuentran obsesionados en criminalizar el euskera.

Atendiendo a los datos presentados encontramos que la diferencia respecto al rechazo a ETA entre los chicos y las chicas es tan sólo 0,5% superior en el caso de las chicas. También, independientemente del sexo, el informe expresa que a medida que avanzan en sus estudios (luego también en edad), el rechazo a ETA aumenta. Igualmente, indica que apenas hay diferencias entre las dos redes de enseñanza (pública y concertada). Por último, con respecto a los modelos lingüísticos del informe se desprende que las diferencias entre escolares de diferentes modelos no son grandes y que en cualquier caso la gran mayoría de quienes cursan sus estudios en el citado modelo D manifiesta una tolerancia cero ante la violencia y el terrorismo. Creo que esto permite ver que de alguna manera los arquetipos presentados no son oportunos.

Por último, me gustaría apuntar que echo de menos que las distintas asociaciones juveniles y en concreto el Consejo de la Juventud de Euskadi no haya salido en defensa de la juventud criticando la visión que se está transmitiendo de este colectivo y la falsedad que supone que se trasladen esos prototipos. Además, pediría a quienes manejan los datos de estudios y encuestas responsabilidad pues muchas veces, quizá de forma involuntaria, se transmite a la sociedad de este país una imagen claramente contraria a lo que el estudio objetivamente aporta.

http://www.deia.com/es/impresa/2009/07/28/bizkaia/iritzia/582154.php

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