Garbiñe Saez

La semana pasada se realizó un juicio político o moral sobre mi persona escudándose en una inexistente ilegalidad o incumplimiento del sistema legal establecido para la compra de viviendas de protección oficial bajo el régimen de promoción privada. Se trasladó a la sociedad, utilizando una acusación velada, la posible ilegitimidad de mis actuaciones. Utilizando para ello la cifra de un salario que no responde ni al bruto ni al neto del sueldo de los parlamentarios. Me ha entristecido, sin duda, la opinión y el juicio gratuito que la sociedad ha hecho, no ya sobre el sistema que en todo sentido entiendo injusto, sino sobre mi persona. Me he revelado porque ha sido un claro reflejo de la manipulación en la que puede caer la sociedad. La manipulación del “todo vale”. Sin tener datos objetivos, sin conocer los detalles, sin saber los trámites, se me ha insultado, faltado al respeto, y no sólo en los foros de internet, sino incluso en la calle.

El pasado martes me desperté con la publicación de la noticia de mi elección en un sorteo de VPO de PROMOCIÓN PRIVADA en mi municipio natal Amurrio. Noticia que se reflejaba como si fuera ya la adjudicataria del mismo, hecho que no se produce hasta la firma del contrato de compra-venta del inmueble.

La realidad es que hace tres años era una joven mileurista más. Realidad de aquellos jóvenes que tenemos carreras, másteres, cursos, idiomas, y entramos por primera vez al mercado laboral. De la noche a la mañana, por circunstancias del sistema democrático, era yo la que tendría que ocupar un escaño en el Parlamento Vasco, lo cual me llenó de ilusión para poder mejorar las cosas, entre otras, las referidas a los jóvenes.

Cuando en febrero me inscribí al sorteo de las VPO de PROMOCIÓN PRIVADA las elecciones no se habían producido y no se sabía cuántos parlamentarios iba a obtener EAJ-PNV en cada Territorio Histórico. Éstas llegaron y obtuvimos ocho escaños en Araba, yo estaba la sexta.

En estas circunstancias llegó el día del sorteo en el que salí elegida. Desde COVIVI me informaron que tendría que presentar la Declaración de la Renta de 2008, así como una fotocopia del DNI. Yo había dado por sentado que no tendría acceso a dicho piso porque el propio sistema me excluiría. En este contexto, la noticia fue publicada por un determinado rotativo de prensa escrita y digital. La redacción del artículo y la publicación de mi fotografía sólo podían responder a la idea de pretender un apedreamiento social y público. Como así sucedió. Fueron continuos los insultos en la red, los mensajes de apoyo no publicados, los e-mailes que recibí de desconocidos con descalificaciones, y hasta los insultos que recibo en la calle.

Si bien es cierto, es de justicia decir, que la cooperativa me llamó a posteriori para confirmarme el error en lo requerido. La realidad es que no me iban a solicitar ningún documento más. El piso me correspondía por derecho, pero yo sería, como cualquier otra ciudadana, quien tendría que optar.

Me da pena comprobar que algunos y algunas no se paran a pensar. No se paran a pensar más allá de lo que les han vendido. Sí, fui elegida en un sorteo al que accedí legalmente y que se produjo ante Notario. Todo legal, todo conforme a derecho. Un sorteo en el que algunos y algunas de los también afortunados posiblemente, y me alegro sinceramente por ellos y ellas, se encontrarán en mejores condiciones laborales, y, con ello, sobrepasando los límites establecidos. No voy a pedir que se revisen las adjudicaciones de todos y cada uno de los sorteos realizados para la adquisición de VPO. No voy a pedir que se revisen los sueldos actuales y se apedree o se difundan los nombres de aquellos que pertenecen al ámbito público que viven en una VPO, porque no lo solicitaría tampoco de los que pertenecen al ámbito privado. El sistema falla, sin duda. Falla para todos. Sin embargo, no ha todos se les ha hecho un juicio político-moral como éste. ¿Acaso se ha investigado y publicado los nombres de otras figuras públicas, por todos conocidas y no pertenecientes a mi Partido, que se encuentran en la misma situación? Da qué pensar.

Lo que pocos se plantean es dónde estaré yo, la tan nombrada reiteradamente, Garbiñe Sáez, dentro de cuatro años. Porque en ese plazo quién sabe si volveré a ser milerurista, quién sabe si en dos años no hay moción de censura y yo me quedo en el paro y los pisos ni siquiera están construidos. Existe mucha hipocresía.

Renuncio al piso que legalmente y por derecho me corresponde por responsabilidad porque entiendo la particularidad de mi situación. Me alegro porque conozco quién será la beneficiaria del mismo. No obstante, no estoy dispuesta a tener que soportar ni un solo insulto ni falta de respeto más.

Agradezco, infinitamente, todas las muestras de apoyo recibidas, las primeras de mi familia y amigos, centro neurálgico de mi vida, las llegadas desde el Partido, las de desconocidos, y las también trasladadas por otros partidos. Ahora sólo espero que la sociedad piense que somos ciudadanos de a pie los que creemos en la Política, en que las cosas se pueden cambiar, defendiendo uno u otro proyecto. Somos nosotros los que hoy estamos aquí y quién sabe dónde estaremos en unos meses. Y somos nosotros, junto con nuestras familias, que es lo que más daño me hace, los que tenemos que sufrir juicios injustos y apedreamientos sociales por actuar conforme a la legalidad. A quien lo quiera oír el fin no justifica los medios. TODO NO VALE.

Garbiñe Sáez Molinuevo