“Su ta Gar”, Ortuella 23.30h. Entro a la plaza, casi obligada, no comparto criterio musical ni otros muchos con este legendario grupo, una vez más toca reflexionar, sobre lo que sin querer ni esperar escuchas

Comenzaban a tocar el tema de “Jo ta ke” y antes de empezar a tocar dijo algo así como que tenía más valor aquel que amaba Euzkadi siendo de fuera (Español, supongo que se referiría, que lo son, de fuera, digo), que todos aquellos nacidos en Euzkadi y no defendían los valores ni la identidad vasca. Reconozco que me sorprendí ante aquel raciocinio político inesperado por venir de quien venía y entre bengalas sujetados por gente vestidos de blanco impoluto con carteles que decían “ Euskal Presoak Euskal Herrira”. Una vez soltado el “speach” dijo: ¡y para todos esos que silban que se arranquen las orejas, porque son igual que ellos!. Pitidos y aplausos, timidos, pero aplausos.

Mi pregunta es: ¿Donde empieza la opinión para terminar en reivindicación? Para mí la opinión es una herramienta que no sólo nos permite sentirnos libres e independientes como personas dotadas con raciocinio ( ¿todo el que habla lo tiene?), sino que también nos hace diferentes, al ser todas distintas
El problema surge cuando una opinión es desafortunada, cuando se vierte en el lugar donde no se debe y en un momento que no procede. Y esa opinión se vuelve incómoda y es susceptible de no ser respetada, incluso criticada.

El que una persona tenga inteligencia para labrarse sus propias opiniones debería de llevar intrínseca la prudencia de saber callarla. La gente confunde la reivindicación con algo más que no alcanzo a distinguir, creo.

A veces los buenos propósitos se ven desacreditados por una mala y desafortunada actuación. Es una pena.